La primera entrada del año va a ser sobre algo que me había prometido que no tocaría: las pintadas en las puertas de los baños. Las bibliotecas públicas están llenas de ellas, pero comparando con las de las universitarias, jugamos en 2ª B, así que no valía la pena hablar de ello.
Salvo que uno se encuentre con una pintada como esta

por dos motivos:
- No es de la puerta de los servicios.
- La pintada está... ¡por fuera!