martes, 11 de agosto de 2009

Literatura en primera persona

Mensaje a los que nos diseñan los programas que permiten el control de la biblioteca: nos faltan más campos para datos, y criterios de búsqueda. Al menos, ayer me faltaron. Tuve el caso conocido por todo el gremio, de usuario (usuaria, en este caso) que pide “un libro”. Así, tal cual; quiere un libro para leer en vacaciones. A partir de este momento, según el caso, se inicia un interrogatorio de calibre fino para averiguar qué tipo de libro quiere la persona. Si es alguien cuyos gustos coinciden con los propios, no suele haber demasiado problema (a título personal, si me preguntan por fantasía o ciencia-ficción, voy a disfrutar el momento, incluso), pero habitualmente hay cierta falta de criterio o éste no coincide con las lecturas habituales del bibliotecario.

Hablando con compañeras, me han comentado que algunas llaman a otra persona de la plantilla que sí lee lo que comenta el usuario, pero en mi caso suelo estar solo, y mis compañeras bastante ocupadas en el otro extremo del edificio. Aún así, en otras bibliotecas a veces he optado por ese recurso. Pero no estaba preparado para el criterio de ayer. Después de divagar entre el género negro y la romántica, sin decidirse por ninguna, la usuaria me suelta:
- Bueno, quería sobre todo una que estuviese escrita en tercera persona. ¡En primera persona no, eh!

¡Argh!

1 comentario:

sfer dijo...

Es que los narradores omniscientes tienen mucho tirón... XD

Acabo de descubrir este rincón gracias a la pequeña saltamontes. Siempre es bueno compartir los momentos surrealistas de esta profesión :-)

(Lo de la obra de teatro con gato no tiene desperdicio!!)