jueves, 16 de julio de 2015

Mareando al usuario

Media tarde en una biblioteca pública de la zona alta de Barcelona. Un usuario se acerca al mostrador y pregunta por un título. El bibliotecario inicia la búsqueda y mientras el usuario le va contando que ya vino a mirar el otro día, que no estaba, etc. El bibliotecario encuentra enseguida el documento, pero ve que el usuario no se lo va a poder llevar; está prestado.

- Me sabe mal, caballero, pero tal como ya le dijeron, sigue en préstamo. ¿No quiere reservarlo? Así, cuando lo devuelvan...

- No, no, es igual, muchas gracias.

El usuario se da la vuelta y se dirige a uno de los catálogos públicos. El bibliotecario, que le ha visto la cara, se da cuenta que no se ha quedado muy convencido, pero piensa para sí que, si está buscando el mismo libro otra vez, no le va a gustar lo que va a ver. Sólo está en una biblioteca de la ciudad, ésa, y está prestado, y aparece en 4 ó 5 más de la provincia. Se puede solicitar, pero es uno de los pocos servicios sujetos a un coste, que no todo el mundo desea pagar, y tarda el doble de tiempo en llegar.

Efectivamente, el usuario, después de consultar rápidamente el catálogo, vuelve al mostrador a paso ligero.

- ¡¡Oyeeee!! ¡¡Que el libro este aparece en otras bibliotecas!! ¿¡No será el mismo libro que os lo vais pasando unas a otras, noooo!?