Un usuario con cara de no haber dormido bien en tres años se acerca al mostrador de préstamo. Le acompaña una nube de vapor alcohólico, nada sutil y que alimenta una voz ronca y cazallera.
- ¡¡Oyeee, que no me puedo conectar a Interneeé!!
La bibliotecaria toma el DNI de las manos del usuario a la vez que traga un poco de saliva y trata de no respirar muy fuerte. La lectura del carnet revela que debe documentos.
- En su carnet hay un par de libros de ajedrez que se debían haber devuelto hace casi dos años, caballero. Por eso no le deja conectarse.
- ¿Dos años dices? Pues no puede ser, no los he cogido yo.
- ¿No?
- No. Es que por esas fechas yo estaba en la cárcel. ¡Y no sé jugar al ajedrez!
- ...
-...
- y... ¿no le dejaría el carné a nadie, no?
- No, qué va. Si de hecho lo perdí. Una movida... lo encontraron en la escena de un crimen, un asesinato creo. Lo tiene la policía judicial.
- (nyeeee, para eso no me habían preparado...) Pues nada, que debe dos libros, ¿eh?
- Vale, vale.
PS: Con permiso de la compañera a la que le sucedió esta historia. ¡Gracias!
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