viernes, 16 de diciembre de 2011

La gente cree que ya lo sabes todo


... hasta lo que te van a pedir.

(Nota: esta entrada es muy parecida a la anterior, lo sé, pero lo que sucede, sucede.)
Sube una usuaria desde otra planta donde mi compañera ha tenido que ausentarse y ha dejado bien visible un cartel que indica que para cualquier problema se dirijan a mi mostrador. Aunque es algo habitual, la usuaria me comenta toda extrañada si ahora es aquí (donde yo estoy) donde hay que pedir los libros. 
-         Porque estamos en horario, ¿no? -me dice.
-         ¿En horario de?
-         ¡Pues eso, de recogida!
-         Disculpe, pero no sé de lo que me habla –aunque me estaba temiendo que viniese a recoger un libro del Club de lectura, en cuyo caso llegaba, o muy tarde, o muy muy pronto.
-         Yo vengo a preguntar por un libro.


(Pausa dramática de unos segundos).


-         Y... ¿qué libro es? – le pregunto.
-         ¡Ah! ¿¡Pero te lo tengo que decir a ti!?

¡¡¡AAARRGHH!!!

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