La biblioteca que he elegido sigue en construcción, aunque nos hallamos ya en la fase final, y yo ya trabajo para ella, pero no desde ella. Pensaba que no estar estos días cara al público, haciendo compras y redactando textos, me impediría sufrir alguna anécdota de las nuestras, pero es que ni así:
Un grupo de usuarias Garfield tratando de abrir la puerta de la biblioteca a empellones 45 minutos antes de la hora oficial de apertura.
- Parece que está cerrado.
- ¡A ver si va a ser que no está abierto!
Y lo peor es que no lo dejaron allí; cuando la menos corta de las 4 que iban se dignó a leer el horario, les dijo a las otras:
- Abren a las 10.
- ¡Pues vamos por detrás, que seguro que hay otra puerta y ya debe estar abierta!
¿Se dejan el cerebro en casa o ya no venía de serie?
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