jueves, 22 de febrero de 2007

Bibliofreaks (II) : Los Garfield



Siguiendo con nuestro listado de bibliofreaks, hoy abordamos los que yo llamo “los Garfield". El motivo no es que todos tengan bigotes, ni que su pelo sea naranja, ni siquiera que su plato favorito sea la lasaña, no. El motivo lo pueden ver en la imagen que acompaña a esta entrada. hace bastante tiempo se pusieron de moda los muñecos de Garfield con ventosas, que se pegaban a la ventanilla del coche, por dentro. Recuerdo que a principios de los 90, por ejemplo, uno no podía ir por la calle sin ver varios coches con el dichoso muñequito. En fin, que hay una tipología de usuarios que se le parecen.
En la mayoría de las bibliotecas públicas, las puertas son de cristal. Los que curramos dentro entramos bastante antes de lo que marca el horario de apertura, porque hay mucho trabajo interno. La cuestión es que, desde dentro, se va viendo la acumulación de usuarios que se produce fuera. Normal, ¿no? Pues no, no tanto...
Nuestros bibliofreaks de hoy son los que creen que cuanto más se peguen al cristal de la puerta, antes abriremos. Lo que ya comprenderán que genera situaciones curiosas, y en ocasiones un tanto patéticas. De hecho, algunos se pegan tanto al cristal, que la imagen es justo esa, la de Garfield con ventosas. Y no, no exagero. En una biblioteca de Barcelona había días que no podían abrir por un determinado usuario: un señor mayor se colocaba tan pegado a la puerta, que... ¡bloqueaba el sensor de apertura! Este caballero en concreto esgrimía como motivo de su ansiedad por entrar el que, si no, algún otro usuario podía leer antes que él “su periódico”. Respecto a las habituales peleas entre usuarios por la prensa diaria podemos hablar otro día, que da para otra entrada... y seguramente para más de una.
Un detalle inquietante son las miradas. Los Garfield miran fijamente al interior de la biblioteca, como reforzando esa actitud de “Eh, que estoy aquí, ¡abrid ya!” (no, no importa que falte media hora). Algunas de esas miradas parecen verdaderas amenazas (algunas, además, lo son, pero ese también es motivo de otra entrada).
Lo más curioso de estos usuarios es que, precisamente, son los más habituales. O sea, que a veces uno piensa que realmente deben creer en esa tesis de “Voy antes .. abren antes”, o se deben aburrir mucho en casa, porque les aseguro que algunos están ahí... ¡con 1 hora de antelación! Y eso, en una mañana de invierno, es pasar bastante frío sólo por leer el periódico. Porque algunos vienen por Internet, para que no les quiten el sitio, pero teniendo en cuenta que ese servicio se puede reservar con una semana de antelación, esa se la podrían ahorrar.
¡Otro día seguimos!

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