Encontrar un libro subrayado mediante lápiz en una biblioteca pública es relativamente fácil. Muchos libros técnicos y de idiomas tienen los ejercicios resueltos. Se puede arreglar, pero no como para que no se note, y es un trabajo sucio. Subrayar con rotuladores luminiscentes o con bolígrafo es más llamativo, pero algo menos común.
Lo que sí que no es nada habitual, por suerte, es modificar la cubierta. Por suerte, en este caso el añadido va por encima del forro.
Pues nada, ya no es necesario leer el libro. ¡Ya tienen la respuesta!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario