jueves, 2 de agosto de 2007

Sin palabras

Aunque el título parece referirse más al involuntario silencio de este blog, se trata de mi estado literal, casi, durante estos días. Como no, me quedé sin palabras cuando me enteré del cierre de mi querida revista El Jueves, y si no he posteado hasta hoy nada (algo muy mal hecho, por cierto), es por puro estupor. Y quizá por ganas de ver un poco en qué iba acabando todo esto.
Secuestrar una revista en el año 2007, incluso en este país, parece algo más propio de un sistema dictatorial que a veces parece que aún asome la cabeza y algo más, que de alguien que vive en una nación occidental del s. XXI. Sin palabras: así me quedé.
Compro y leo El Jueves desde hace más de 20 años. En todo este tiempo, se han metido con cualquier institución que se pueda imaginar. Y de manera mucho más sangrante que con la portada del ya famoso número del secuestro. ¡Y eso que sólo era la portada! Recuerdo que estas últimas 2 semanas, la gente que sabe de mi devoción por la revista me preguntaba "¿Y por dentro qué pone?" Y la respuesta era obvia: "¡Nada! ¡El humor de siempre!" Y claro, no lo entiende. La mayoría de la gente no lo entiende. Y yo menos.
Como persona, ver que en este país sigue faltando sentido del humor, me decepciona. Y como bibliotecario, el secuestro de una revista me repugna, me asquea y me asusta. Sí, me asusta mucho que se siga intentando limitar de manera radical el acceso a la información y la cultura (si al menos este fuese el único intento que existe...), y me alegro mucho de haber contemplado cómo la medida provocaba, como es lógico, la reacción más contraria: la llegada de esa información a sitios en los que nunca había dejado huella. Desde aquí mi más sincero apoyo a esos humoristas y profesionales que tan buenos ratos me han proporcionado.

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