sábado, 20 de septiembre de 2008

¡Ahora sí que es un sábado agradable!

Venir a trabajar un sábado siempre tiene ese punto de pereza adicional que te obliga a un sobreesfuerzo para levantarte de la cama. Cuando es un día como hoy, que sólo me toca el turno de mañana, uno se consuela un poco y se dice a sí mismo que ánimo, que pasen las horas lo más rápido posible, y que el lunes será otro día.

Pero claro, como el día depende de los usuarios que uno tenga, más vale no ser demasiado optimistas. Nada te arregla tanto la jornada como ese usuario que te la va a hacer especial. Y a mí el día me lo acaban de arreglar, efectivamente...

Se me acerca un usuario rascándose la cabeza, durante demasiado rato, y se me planta delante. No dice nada y sigue rascándose. Cuando parece satisfecho para, se mira la mano (las uñas) y me suelta: "A lo mejor si me ducho se me van los piojos".


Lo bueno es que aún no me había ido a desayunar.


Lo malo es que ya no sé si hacerlo...

martes, 2 de septiembre de 2008

Cómo reconocer a quien nació sin cerebro (y sin educación).

Iba a escribir una entrada sobre los/las imbéciles sin cerebro que llevan el móvil con la música puesta a todo trapo y que infestan el transporte público. Lo iba a hacer porque me tienen HARTO. Me hastía enormemente, además de aguantar una música que no he elegido yo, hacerlo de la manera más horrenda posible. ¿Qué pasa? ¿Que el móvil te lo dieron con un pack de yogures? ¿Que con lo que te ahorraste con los puntos no te puedes permitir unos auriculares de a euro? (para la potencia del trasto, les aseguro que no les hace falta más). ¡¡Noooo!! El móvil no es el problema. Lo malo es dar un aparato a quien no sabe usarlo o, al menos, no con educación. A veces se oye por ahí "Es que los móviles...". No, el aparato no es nunca el problema; sólo permite que aflore con mucha más facilidad. En las bibliotecas tenemos a muchos/as usuarios estúpidos con móvil, pero a mí no me la dan: los que necesitan que les pegues un toque por culpa del teléfono son así de nacimiento, y lo único que demuestran es que un chimpancé sin entrenar sabría usar mejor el aparatito. Los móviles de ahora reproducen MP3, MP4, WMA y cada vez más formatos, pero están diseñados para que los escuche uno mismo con auriculares, no con ese minúsculo altavoz. ¿No se dan cuenta esa GENTUZA de que el sonido que emiten (gustos musicales aparte), es absolutamente infumable? Pues no, claro: no tienen cerebro.

Iba a escribir una entrada sobre esto, pero para qué, si aquí lo tienen mucho mejor contado.