sábado, 29 de diciembre de 2012

Aprovechando hasta el último resto

En tiempos de crisis se aprovecha todo, y las ideas vuelan. Tiempo de crisis, tiempo de oportunidades, dicen.

Pero sin pasarse...



... porque lo de las albóndigas es de traca.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

¡Urgente, urgente!

Una compañera de otra biblioteca me contaba ayer esta anécdota vivida en primera persona:

Mostrador de préstamo en hora punta de la tarde. Las dos compañeras que están atendiendo tienen ya cola de usuarios y no paran de entrar más; la biblioteca está bastante llena.

De repente, del fondo de la sala viene corriendo un usuario bastante alterado:

- ¡Por favor! ¡Por favor! ¿¡Podéis ayudarme!?

Las compañeras le miran y él señala el ordenador con el que está conectado a Internet, un terminal de la propia biblioteca que se halla al fondo de la sala.

- ¡Ayyy! ¡Por favor, que es urgente!
- Un momento, caballero, enseguida que podamos le atendemos.
- ¡Ay, que no sé qué hacer! ¡Ayyy!¡Por favooor!

Las compañeras siguen atendiendo. Los compañeros de otros mostradores están igual, así que, de momento, nadie puede ir al rescate. El usuario, mientras, está en medio de la sala, cerca del mostrador de préstamo, mordiéndose las uñas, y visiblemente alterado. Al cabo de poco, la primera bibliotecaria que queda libre le acompaña al terminal, donde el usuario le dice algo y ella le señala el teclado. El usuario, que parece visiblemente aliviado incluso de lejos, se sienta delante del terminal.
La bibliotecaria, vuelve hacia préstamo, con los ojos abiertos de par en par por la sorpresa, por algo que trata de asimilar y no puede, y los labios apretados y temblorosos, como quien desea no carcajearse en público y está a punto de no conseguirlo.

- Oye, ¿qué le pasaba?, le pregunta la compañera.

- Pff... pf.. qu... pfffff....

- ¿Perdona?

- Esp... que... ppffffff.... argh...

- Pero chica, ¿qué te pasa?

- Uf, que no puedo respirar... espera, espera, que me da la risa floja... Que el señor quería, quería...

- ¿Sí?



-... ¡La hache! ¡¡Que dónde estaba la tecla de la hache!! ¡¡¡Que no la encontraba!!!

martes, 2 de octubre de 2012

Preguntas que nos podemos ahorrar...


 ...aunque sean de cortesía.

En la biblioteca en la que me hallo actualmente, yo suelo estar en el tercer piso, que es el superior del edificio. Estoy muy cerca de la puerta del ascensor, y desde que estoy aquí, oigo una pregunta muy curiosa por parte de algunos usuarios: cuando llaman al ascensor y éste aparece con alguien dentro, más de uno y de una preguntan ¿Este baja?. Teniendo en cuenta que, como digo,  estamos arriba del todo, la pregunta tiene su miga.

 Si relacionan el término “charla de ascensor” con “conversación insustancial que se lleva a cabo para pasar el rato educadamente en un lugar donde las distancias sociales se reducen a la mínima expresión”, imaginen cómo definir la “charla de antes del ascensor”. 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Lógica aplastante


Un usuario algo alterado:

-          A ver si me puedes mirar el problemaquetengoconelordenador, que nomeconecta, nomeconecta...


 Le acompaño algo extrañado, porque los leds de la conexión inalámbrica indican que todo va bien, y apenas 5 minutos antes le había explicado a una usuaria cómo conectarse, con total éxito.


-          Es queves, le doy aquí, entroelcódigo y me saleestaventanita...

-          Eso es que ya está dentro. Ahora puede navegar con normalidad.

-          ¡¡Nooo!! ¡Cómo voy a estar ya dentro! ¡Sólo sale esta ventanita que pone Bienvenido y SALIR!

lunes, 23 de julio de 2012

Grandes currículums


Así no saldremos de la crisis...



Pero, al menos, algunos ya ofrecen precios realmente "ecomonicos". Algo es algo.


jueves, 14 de junio de 2012

Servicios futuristas vs usuarios vagos, vagos


 Seguro que han oído alguna vez la frase "Para los milagros, tardamos un poco más". A veces me siento así, cuando me piden algo que no puede hacerse, pero que estaría bien que sí existiera. La frontera es pasar de lo posible a lo imposible. Me explico: muchas veces me preguntan, por ejemplo, si es posible imprimir algo desde el portátil a la impresora de la biblioteca, por donde salen los documentos que la gente envía desde los ordenadores que tenemos en la sala. Técnicamente es posible, porque impresoras con WiFi sí hay, pero aún nadie las ha comprado para nosotros ni la red está configurada para ello. Imagino que en un futuro no muy lejano será un servicio habitual.

 Pero hay cosas que dudo que consigamos. Como lo que me acaba de suceder: un usuario envía un par de hojas a la impresora y éstas salen al momento. El usuario se queda mirando la impresora, las hojas, la impresora, las hojas... y así dos minutos. Y entonces pregunta "¿Tengo que sacarlas yo de aquí?". No hombre, no se preocupe, cuando salen de la impresora van volando hacia su mesa solitas. Lástima que hay cosas que no puedo decir en voz alta...

martes, 8 de mayo de 2012

Muy desubicados... e inseguros

Comentaba hace unos meses la gran cantidad de gente que me preguntaba en qué biblioteca estaba para reservar el servicio de Internet. Me parecía, y me sigue pareciendo, una duda muy curiosa y que indica claramente cómo va la gente por la vida.

Pero como siempre, cuando crees que algo ha llegado al límite, siempre hay un peldaño más para subir o bajar. Si la pregunta "¿Qué biblioteca es ésta?" me parecía bizarra, su hermana mayor ya es totalmente desconcertante:

- Disculpa, ¿tú sabes cómo se llama esta biblioteca?



Pues si no lo sé yo, apaga y vámonos.

domingo, 18 de marzo de 2012

miércoles, 7 de marzo de 2012

Poco convincente

Hasta para estafar hay que saber... o, al menos, cuidar los detalles.


martes, 28 de febrero de 2012

Atención altamente personalizada

Es muy común en la biblioteca pública que el servicio se oriente de manera lo suficientemente personalizada como para que el usuario sienta que es su biblioteca. Aquí se trata a todo el mundo igual de bien, en serio, (lo que no siempre funciona en el sentido contrario), lo que significa, entre otras muchas cosas, intentar que la experiencia sea lo más personalizada posible. Luego el presupuesto y la cantidad de manos de las que se disponen son otros temas, pero esa es otra historia.
El discurso viene a que estamos acostumbrados a que nos pidan muchas cosas, desde un bolígrafo, a que compremos tal libro o peli, por difíciles que sean de conseguir, y a todo se intenta hacer el máximo caso.
Pero milagros a Lourdes (si creen en ello), así que hay límites, como lo que le sucedió el otro día a mi compañera en préstamo:

- Nena ¿tienes unas gafas para ver de cerca?


Y si llegamos a acertar con la graduación, ya hubiera sido de traca.

domingo, 22 de enero de 2012

¡Abandonad toda esperanza...!

... porque si en los bollycaos podemos encontrar ESTO


es que la cosa va muy en serio.



¡Un poco de cuidado, que hay niños, jo**!