jueves, 9 de diciembre de 2010

Puntos muy íntimos

Ya hablé en cierta ocasión de los puntos improvisados que nos encontramos a veces en el interior de los libros. Si el usuario pierde o no tiene a mano el que damos siempre con los préstamos, usa lo más parecido que encuentra.

Hasta ahora pensaba que, a nivel de intimidad física, ganaba por goleada el compañero que me contaba que odiaba encontrarse hojas de papel higiénico como puntos, más que nada por el hecho de delatar el lugar de la lectura. Pero me parece que, si ahora no gano yo la partida, por lo menos he logrado empatar con dignidad. Juzguen ustedes mismos...

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Portátil completito

Situación de lo más normal: llega un usuario y solicita obtener el carnet de la biblioteca. Tras introducir los datos y explicarle cómo funciona el préstamo, le cuento cómo conectarse a Internet. Tras saber cómo usar los ordenadores de la biblioteca, el usuario se gira y me señala a la gente que está con el suyo propio, conectada a la red inalámbrica.

-¿Además de los vuestros, la gente puede usar el ordenador de uno?

- Sí, si tiene un portátil puede traerlo y permanecer conectado el tiempo que necesite.

- Ah, pues entonces traeré el mío, que tiene pantalla y todo.


Así me gustan los portátiles, con todos los extras.

martes, 19 de octubre de 2010

Buzones de devolución, esa fuente de anécdotas

Una parte esencial del servicio de biblioteca pública en Barcelona es la posibilidad que tiene el usuario de devolver documentos incluso cuando la biblioteca se halla cerrada. Esto funciona mediante buzones de devolución 24 horas, en las que se introducen los documentos que luego el personal de biblioteca recogerá en la siguiente ocasión en que se abra el centro. Posibilita no tener que desplazarse en un horario concreto ni hacer cola para. sólo, devolver un par de libros y un CD.
Los buzones de devolución, como boca que está abierta al mundo en general, tienen todo un mundo de anécdotas y posibilidades. Por ejemplo, es muy habitual que los usuarios lo usen como ventanilla de donativos. Nos dejan los libros que no quieren y que, seguramente, creen que podrían estar en la biblioteca. Nos hemos encontrado libros de los años 60 y 70 con las páginas completamente amarillas, muy destrozados y, en cambio, auténticas perlas como novelas tan nuevas que aún no tiene ninguna biblioteca. No vamos a hablar hoy de líquidos, sólidos ni marranadas varias, que también las hay.
Pero me veo obligado a insistir en que, por mucho que sea un buzón que está en plena calle, es sólo para depositar material de la biblioteca. En este caso lo digo por lo que se encontraron mis compañeras junto al buzón cuando abrieron este pasado sábado:







Entre este pobre bicho y la fauna habitual, más algún otro ser vivo del que ya les hablaré, estamos realmente entretenidos. En serio, hay mejores lugares donde dejar un pobre patito...

sábado, 11 de septiembre de 2010

Cómo iniciar una demanda de divorcio




Bautizando la barca, por ejemplo.



Visto en Blanes, Girona.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Amigas de 8 patas

Para alguien que, como yo, tiene aracnofobia, hablar bien de las arañas cuesta; bastante más de lo que parece. Pero desde el punto de vista de una biblioteca, es mucho mejor que ronden arañas que otros bichos, ya que hay varios insectos que comen papel y cola, y siempre es mejor tener del lado de uno al enemigo natural de esas alimañas.
El discursito viene a cuento por el hecho de que, como he mencionado alguna vez, nuestra biblioteca se halla en plena montaña (de hecho, antes era montaña), así que las habituales arañas domésticas de la zona (que también habitan en casa, les guste o no), se han colado en el recinto desde el primer día. Eso sí, ahora que hemos vuelto de vacaciones, hemos podido comprobar que las amigas de 8 patas no se han quedado quietas y deben haber seguido una dieta de abundantes mariposas y mosquitos tigre, ya que el exterior de la biblioteca aloja ahora muchas como esta:



La telaraña aumenta la suciedad, lo reconozco, pero cuando veo una de buen tamaño siempre me pregunto "¿Cuántos se ha comido?"

¿Y mi aracnofobia? Bueno, las de la foto están fuera y yo dentro, y las que sí entran son las pequeñas. Y más me vale acostumbrarme a ellas, porque ya van varias veces que me sale una debajo del teclado al encender el ordenador o al abrir un cajón. Eso sí, algo debe haber cambiado, porque me he atrevido a coger una con la mano... aún no me lo creo.

martes, 10 de agosto de 2010

Libro de visitas

No, no se trata de un libro de visitas virtual, sinó de uno real: el libro de visitas de una exposición.

Este domingo tuve la suerte de acudir muy bien acompañado a una exposición de recorrido breve pero muy recomendable: Las momias del Proyecto Monthemhat, que puede visitarse en el Museu d'Arqueologia de Catalunya hasta septiembre de 2010. Al salir de la sala nos llamó la atención el libro de visitas donde la gente que había pasado por allí dejaba sus comentarios (en, al menos, 15 lenguas distintas) y donde algunos habían dado rienda suelta a su vena artística y habían dibujado momias, esqueletos, pirámides y otras caricaturas sin relación con el tema. Pero la gran carcajada la solté con esta página:



Como ustedes no tienen la culpa de la calidad ni el tamaño de la foto, les transcribo lo interesante:

"El día que decidí comprar un móvil LG Arena a mi hijo" 2/4/2010

"Jo soy el hijo, al final no me lo ha podido comprar" Rubén.


Pues nada, Rubén, lo siento por ese día, y confío que a estas alturas de año ya tengas tu móvil nuevo, y que sea un poco mejor que el LG Arena.

Una recomendación: si antes pasaban ante los libros de visitas de este tipo sin mirarlos, no lo hagan más. Contienen auténticas perlas que voy a intentar no perderme en ningún caso.

jueves, 15 de julio de 2010

Desactualizada

Una usuaria en préstamo:

- Tenéis esta novela... sí, esta que acaba de salir... sí... esta de Los renglones torcidos de Diós.

lunes, 7 de junio de 2010

Nombres poco afortunados para máquinas pesadas

No sé ustedes, pero yo no me quedo muy tranquilo, no.



Esta excavadora pesa 21 toneladas. Si el nombre del modelo es indicativo del estado del operario, yo me mantendría realmente alejado...

miércoles, 2 de junio de 2010

Con la calma

Una mañana cualquiera en la biblioteca. Horario típico (para el público): de 10 a 14 horas. Hacia las 11 y poco de la mañana entra una señora bastante mayor y devuelve un libro. Se queda mirando al chico que le atiende y le suelta:

- Joven, ¿Me da tiempo a echar un vistazo para coger otro?

Echar un vistazo... bueno, sólo quedan 2 horas y media para cerrar. ¿¿Qué clase de vistazos echa esta mujer?? No se estresará, no.

sábado, 15 de mayo de 2010

Dificultades estadísticas

Semanita de estrenos y locura. En Barcelona se celebra una votación
popular
para decidir cómo será la futura reforma de la Avenida Diagonal, para lo cual se han habilitado más de 100 puntos para poder votar físicamente.
Uno de esos puntos es nuestra biblio, con la particularidad que el punto está abierto de manera ininterrumpida de 10 de la mañana a 9 de la noche, de lunes a sábado, lo que supera en mucho nuestro propio horario de apertura.
Como el sistema empleado requiere que haya, al menos, un miembro del personal en el interior del edificio, aunque no estemos abiertos al público, hemos tenido que reformar nuestro propio horario para adaptarnos al hecho.
La dificultad añadida a un proceso de este tipo es que, justo este mismo lunes,
hemos estrenado sala nocturna de estudio, de 9 de la noche a 1 de la madrugada.
Es un tipo de sala muy habitual en las bibliotecas de Barcelona. Algunas son permanentes
y otras, como la nuestra, sólo aparecen en época de exámenes.

Al igual que es obligatorio que sepamos cuánta gente entra en la biblioteca a diario, por aquello de las estadísticas, es interesante conocer cuánta usa la sala
nocturna. Ayer le tocaba a la propia directora quedarse hasta un poco más tarde para cerrar, y le preguntó a los responsables por la afluencia de público:

- "Pueeesss... ayer vinieron 3 usuarios y medio".

Cuando me lo ha contado, casi me caigo de la silla. ¿"Y medio"? ¿Y qué es medio usuario?
Pues según lo miden ellos, medio usuario es el que entra, mira la sala, gasta un poco (muy poco) el suelo... y se va.

Así que ya sabe, no se quede a medias: ya que entra, siéntese y haga uso de la sala, ¡que luego no me cuadran los números!

martes, 4 de mayo de 2010

Nuevas pruebas sobre usuarios que no leen:

Realice el siguiente experimento:

- Aproveche un día de esos, demasiado abundantes, en que por lo menos uno de los ordenadores de la biblio no funciona.
- Colóquele un cartel enorme, que tape toooda la pantalla, indicando "Fuera de servicio".
- Permanezca atento a ese ordenador en cualquier momento en que los PC que lo rodean se hallen libres y en perfecto funcionamiento.
- Observe dónde irán el 90% de los usuarios...


¡Bingo! Directos al ordenador del cartelito. Por lo menos la mitad incluso se sentarán y manipularán el botón de encendido de la CPU y/o el de la pantalla. ¡Garantizado!




Corolario: Al menos el 30% de los que se dirijan a ese ordenador se girarán hacia su mostrador y le gritarán "¡¡¿¿Este no funciooonaaaaa??!!"

sábado, 24 de abril de 2010

La pregunta de Sant Jordi

Ayer fue Sant Jordi y, como Día del Libro, una jornada muy importante para las bibliotecas. En nuestro caso, aprovechamos para presentar al público las novedades que nos han llegado últimamente, y no sólo de literatura, sinó de películas, música y videojuegos. Fue un día duro, la verdad, porque además de trabajar mañana y tarde, tuvimos varias actividades, desde cuentos para niños a un concierto de góspel, con una masiva afluencia de usuarios.

Pero cuando me agobiaba un poco, me acordaba del usuario que entró a primera hora y preguntó a voz de grito "¡¡¿Aquí regaláis floreeeess?!!"

martes, 13 de abril de 2010

Reclamaciones por vía irregular

En las bibliotecas públicas estamos más que abiertos a las sugerencias. Nos gusta mucho saber en qué están interesados nuestros usuarios y ello puede decidir, y muchas veces lo hace, la futura política de compras. Al fin y al cabo, si la literatura de ficción preferida por nuestro público está formada por un núcleo duro de novela romántica, los gustos musicales recaen en el Hip-Hop, o el cine de acción es el que se toma prestado, es tanto un deber como un placer el proporcionar esos elementos a quien los busca, sin descuidar nunca al resto de usuarios.

Para realizar peticiones o avisar de que algo no les gusta, los usuarios disponen de hojas de Reclamaciones y Sugerencias. A la hora de la verdad, estos impresos funcionan casi exclusivamente como hoja de reclamaciones y quejas, ya que, para peticiones, nos gusta mucho el trato personalizado y el boca-oreja.

De todas maneras, de vez en cuando los usuarios cuelan en el buzón de sugerencias ciertas peticiones que no están escritas mediante el formulario oficial, y son textos que no dejan de tener personalidad propia, como este par de sugerencias:



martes, 16 de marzo de 2010

Arreglándolo

Cuando hacemos un carnet nuevo, y explicamos a los usuarios lo que pueden hacer con él, las reacciones no suelen variar en exceso, oscilando entre la indiferencia, la frustración (“¿Sólo 20 horas de Internet al mes?”) y el tímido entusiasmo (“Pues está muy bien esto, oye”). Me faltaba, eso sí, el exabrupto sincero o, como diría Spock, la metáfora florida.
Entrego el carnet recién hecho a una usuaria y le cuento todo lo que le permite hacer (15 libros y 15 audiovisuales durante 1 mes, 20 horas de Internet y 32 de Multimedia). Su respuesta:
- “¡Qué guapo, jod… ay, perdón… vaya, que está de puta madre!

Así me gusta, arreglándolo. ;-)

viernes, 12 de marzo de 2010

La placa ignorada

Sé que más de una vez he comentado el chascarrillo habitual de la profesión sobre que los usuarios no leen, a la vez que en alguna ocasión yo mismo lo he rebatido. Por desgracia, las pruebas siguen haciéndose más abundantes en el lado de la falta de lectura, tras constatar un curioso fenómeno que estoy contemplando estos días.

Veamos, la placa donde aparece nuestro horario no es enorme, no ocupa toda una pared ni mucho menos, pero tampoco es una miniatura. Hasta cierto punto podría llegar a entender que alguien pasara por delante y no la mirara (está a la derecha de la entrada, no en medio del paso), más si es la primera vez que viene, pero lo que no comprendo es que alguien se pare delante, la lea y, faltando hasta una hora para la apertura, ¡siga hacia la puerta y la aporree! ¡Literal! Me refiero a acciones como golpear el cristal de manera bastante fuerte, agarrar el tirador y sacudirlo como si fuese a arrancarlo, etc. La placa, ¿para qué está? ¿Decoración? ¿No les ha llegado al coco la numeración que hay escrita? ¿El tema de las horas o cómo se lee un reloj no ha formado parte de su currículo escolar o vital? Algo sucede, desde luego, porque no es normal ver esto varias veces, la última antes de abrir hoy mismo. Sí, de acuerdo, desde fuera se nos ve trabajar. Nosotros estamos dentro desde, mínimo, una hora antes de la apertura al público, pero, de verdad, el horario se cumple a rajatabla. Unos consejos de amigo:

- No aporree el cristal. No le abriremos antes por ello.

- No pegue la cara a la puerta. Lo único que hace es ensuciarla y no, no le abriremos antes por ello.

- No sacuda el tirador como si le fuese la vida en ello. Si lo rompe sólo puede retrasar o impedir la apertura de la biblioteca. Y no, no le dejaremos pasar antes por mucho que lo zarandee.

- No haga gestos como el señalar su reloj o hacernos muecas. No le abriremos antes por ello.

- Por favor, lea el horario y aplíquelo. Se hará un favor a usted; recuerde que si nos ve dentro, nosotros ya estamos trabajando, no pasando el rato.

martes, 9 de marzo de 2010

Espectacular nevada en Catalunya

Y en Barcelona, donde estamos nosotros, no se veía algo igual desde hace muchos años. Desde el área de trabajo interna se contemplaba algo así, a las 3 de la tarde (aún faltaba mucha nieve por caer).


La entrada de la biblio, a la misma hora, presentaba este aspecto. No estábamos seguros de si vendría alguien.


Pero no, los usuarios lo son, literalmente, contra viento y marea, así que antes de abrir (bastante antes), había 10 personas en la puerta.
Eso sí, el clima no perdona, y tuvimos que cerrar a las 6 de la tarde (y bastante aguantamos). Fuimos la última biblioteca en cerrar de la parte alta de Barcelona, cuando ya nos habíamos quedado sin autobuses y sin Renfe, con el consiguiente "alegrón" de mis compañer@s por las obvias facilidades para volver a casa. Además, el suelo, la rampa y las escaleras que tenemos delante del edificio se habían transformado en un verdadero riesgo para la integridad física de los usuarios, que se haría mucho mayor cuando hubiese oscurecido, así que la jornada terminó antes.

lunes, 8 de marzo de 2010

Opuestos en exposición

Hay novedades que quizá no deberían llegar juntas...






... porque corremos el riesgo de que acaben también juntas en exposición, aunque sea de manera aleatoria.

lunes, 1 de marzo de 2010

Duros de pelar

Sabes que tendrás un futuro grupo de usuarios duro de pelar cuando...








... en la visita de su clase del instituto a la Biblioteca les dices

- "Y aquí tenemos las enciclopedias".


Y oyes:

- "¿Y eso qué es?"

martes, 9 de febrero de 2010

Exclusividades

Una escena típica: entra alguien gritando en la biblioteca. Suele ser más habitual de lo que nos gustaría e implica desde el que continúa una conversación que sostenía en la calle con su acompañante, el que habla por el móvil o el que saluda a todo pulmón creyendo que eso le hace más educado.


Otra escena típica: un compañero (en este caso), avisa al sujeto de que debe bajar la voz, que está entrando donde lo está haciendo.



Escena no tan típica (¡por suerte!):
- ¡¡Pues si no se puede hablar, haber puesto un cartel que diga "Biblioteca sólo para mudos"!!


Y mudo me quedé cuando me lo contó el compañero. Mejor callarme que decir lo que pensaba, pero creo que me volví muuuuy transparente.

viernes, 22 de enero de 2010

Premio a la pregunta bizarra

Se me acerca un usuario con un libro en la mano y me lo señala:

- Perdona, ¿aquí se puede leer?


Creo que voy a tomar medidas. De momento, hay que pedir que el cartel que pone BIBLIOTECA en la puerta nos lo pongan el doble de grande.

jueves, 21 de enero de 2010

Grandes decepciones

Me contaba un compañero que estuvo de refuerzo hace poco en nuestra biblioteca, que en su paso por el mostrador de préstamo, acabó harto de que le preguntaran por las novelas de la saga Crepúsculo. Como las teníamos prestadas, y ya con cola de reserva, decidió dedicarse a ofrecer alternativas:

- Hola, ¿tienes la de Crepúsculo?
- No, está prestada y hay para rato. Pero si te gustan estos temas, ¿que te parece empezar por un clásico? ¿Qué tal Drácula?
- ¿Drácula? ¿Y quién es Drácula?