Una de mis compañeras de la biblioteca en la que he trabajado esta semana, me cuenta esta divertidísima anécdota...
A la bibliotecaria se le acerca una chica con unas láminas de dibujo:
- Soy tallerista, y mediante estos dibujos, hago cuentos a los niños. Me gustaría que me contrataráis para hacerlo aquí.
- (Ni hola ni nada.. ¡a saco!). Me parece muy bien... pero nosotros no programamos las actividades... todo esto lo llevan desde la central.
- Ah, ¿Y dónde está eso?
- En las Ramblas. Pero mejor llama antes, porque no trabajan cara al público. Es una oficina en un piso.
- ¡Ah, no!¡¡YO NO LLAMO A NADIE!!
...
- ¿Perdón? (cara de personaje de manga, gotita de sudor incluída).
- No, no... desde que me enteré que llamar por teléfono produce cáncer de tímpano, y que ese cáncer sube para arriba, que yo no llamo a nadie.
...
...
- Ah, ok... bueno, pues que haya suerte, ¿eh?
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