... hasta lo que
te van a pedir.
Sube una usuaria
desde otra planta donde mi compañera ha tenido que ausentarse y ha dejado bien
visible un cartel que indica que para cualquier problema se dirijan a mi
mostrador. Aunque es algo habitual, la usuaria me comenta toda extrañada si
ahora es aquí (donde yo estoy) donde hay que pedir los libros.
-
Porque
estamos en horario, ¿no? -me dice.
-
¿En
horario de?
-
¡Pues
eso, de recogida!
-
Disculpe,
pero no sé de lo que me habla –aunque me estaba temiendo que viniese a recoger
un libro del Club de lectura, en cuyo caso llegaba, o muy tarde, o muy muy
pronto.
-
Yo
vengo a preguntar por un libro.
(Pausa dramática de unos segundos).
-
Y...
¿qué libro es? – le pregunto.
-
¡Ah!
¿¡Pero te lo tengo que decir a ti!?
¡¡¡AAARRGHH!!!
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